Tenemos que estar orgullosos y encantados del paisaje que tenemos, la salida de la Ría de Ferrol es muestra de lo que digo, una maravilla. Con el castillo de la Palma a un lado y el de San Felipe al otro vigilando el enorme pasillo de agua que nos une al océano, pequeñas calas a ambos lados, caprichosas rocas, entrantes y salientes, miles de paisajes se unen para hacer uno. Paisaje cambiante, rico, unas veces se nos muestra impenetrable, otras, como hoy, cálido, amable, grandioso. Esta calita que está debajo del castillo de San Felipe es una muestra de la belleza de nuestra ría, para llegar a ella tenemos que cruzar un verde inmenso lleno de suaves lomas mezcladas con las murallas del castillo, cañas y caducifolios, se oye el cantar de pájaros que no se dejan ver pero que acompañan en el paseo; y como en un cuento de hadas se alzan los muros del castillo confundiéndose con las rocas de la playa, el agua transparente, debajo la arena clara y sobre ella, peces que se dejan mecer por el movimiento de las olas. Lo dicho, una maravilla. Un abrazo a todos.
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