viernes, 14 de enero de 2011

Chanteiro

Cada vez que voy a la playa de Chanteiro no os podéis ni imaginar lo triste que me pongo. Es una playa que me trae grandes y preciosos recuerdos de infancia, adolescencia y juventud, y es por eso que ahora llego y con lo primero que me encuentro es el Puerto Exterior de Ferrol, allí al fondo, marcando el horizonte, antes allí sólo había la linea en donde se funde cielo y tierra. Chanteiro es una playa que está a mar abierto, como decíamos mis hermanas y yo de pequeñas, más allá está América, Nueva York, seguramente, y ahora lo que hay es una mole de cemento y metal y la montaña herida en donde han horadado hasta meter semejante artefacto. Hoy, he observado que en las rocas de la playa no había mejillones, toda la vida buscando calvas en las rocas para sentar el trasero y no hacerme daño con los bivalvos, y ahora que puedo sentarme en cualquier piedra que no queda ni la muestra de ellos ¿qué ocurre?, ¿será verdad que esta megaconstruccion está modificando la biodiversidad de la zona?, ¿porqué cuando hacen algo así nunca nos preguntan si lo queremos?. ¿Nos estaremos cargando todo lo que nos rodea?. Bicos.





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2 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón tienes, Juani!A mí también me ocurre lo mismo y por las mismas causas.
    Empáticamente, Angel.

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  2. Hola Ángel, un abrazo, me alegro de saber que andas por aquí, en cuanto a lo de Chanteiro, siento que sientas lo mismo pues es una pena lo que han hecho, en fin, la cosa tiene pocos visos de arreglarse, bicos sentidos.

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