Hoy por la tarde llevaba un rato fijándome en el precioso color azul plomo que estaba cogiendo el cielo detrás del monte de Marraxón, así que le pregunté a mi niño si me acompañaba a hacer unas fotos mientras merendaba y claramente me dijo: No. Así que ni corta ni perezosa le exageré un poco la situación, le dije que probablemente habría una tormenta en ciernes y que además era más que posible que cayesen rayos, truenos y centellas, y eso como yo supuse ya le hizo más gracia, así que allá fuimos, parloteando sobre tenebrosas posibilidades, hasta incluso le pareció ver un tornado. Estas son las fotos que hicimos, más bien en calma, porque como luego le expliqué es lo que viene detrás de la tormenta. Bicos a todos.
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