Las rocas de Cabo Prior

El día que hice estas fotos había algo de niebla, ese toque de niebla que hace que se difumine el cielo con el mar me gusta mucho, es como un brochazo de un color claro en el paisaje. Me gusta que se dibuje bien la rugosidad de las rocas, y me gusta porque parece que sino no queda constancia de ellas y de la sensación que dejan en los pies o en las manos cuando se le toca. El paisaje en Cabo Prior es un mundo de contrastes, por un lado el agua y el cielo que parecen eternas, como si no hubiera nada más grande y más viejo en el mundo, por otro las rocas, duras, estáticas, innabarcables, y por último, la vegetación, la cual en este lugar concretamente es como un manto agradable y dulcificador del brutal paisaje. A ver que os parecen las fotos de hoy.