Hace algún tiempo ya que hablé de este viaducto, el caso es que como os dije en aquel momento, volví a hacerle más fotos, esta vez desde abajo. Las dimensiones del "cacharro" este son verdaderamente apabullantes, da la sensación de vértigo ponerse debajo y mirar hacia arriba. Fui con mi hijo Luis y estuvo todo el rato diciendo "Mira mamá". Por cierto que una cosa que nos llamó mucho la atención a los dos es la cantidad de ruido que genera, no se como lo vivirán los habitantes de las casas que están debajo, yo personalmente no creo que sea nada bueno, cada vez que pasa un automóvil se oye un golpetón y no os imagináis cuando pasa un camión, impresionante. Os dejo unas fotos de la mole en cuestión.
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