Hoy dedico mi blog a un árbol que captó mi interés mientras me dedicaba a buscar presas con mi cámara. Un precioso y humilde avellano a la orilla del Belelle. Pocas hojas le quedaban ya, y aun encima, una oruga se dedicó a mordisquear más de una. Las inflorescencias colgaban de sus ramas y gotitas de agua como pequeños diamantes colgaban de ellas y de las hojas dejando que la luz hiciera brillar al árbol. Todo un ejemplo de belleza que nos ofrece la naturaleza. Por cierto hoy volví a la Fervenza y llevaba el doble de agua, era tal el ímpetu que apenas pude estar delante de ella 10 segundos que acabé empapada, como siga lloviendo así, pronostico el primer desborde del Belelle en menos de 2 días. Abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario