A su paso por Neda y Fene tiene el Belelle su punto más llamativo: A Fervenza; un salto de agua que si en verano es delicioso, en invierno es espectacular. La fuerza del agua en estado puro, batida y empujada monte abajo sobre rocas y vegetación bramando de tal modo que parece que una bestia legendaria enfurecida vive debajo.
Un lugar que lleva a la ensoñación y a la contemplación, en verano es muy agradable bajar hasta el pie de la cascada sobre todo los días de más calor, y en invierno, eso sí, bien abrigados es maravilloso dejarse pulverizar la cara con el agua que arroja.
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¡Pero ¿cómo no había visto antes esta foto?!
ResponderEliminar¡Preciosa, Juani!
Jajajja, me encantan tus comentarios, un abrazo!!!
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