...o al menos fue lo que le pareció a mi niño después de animarme a subir por estos enormes y viejos pedruscos. Allá fuimos los dos a ver si redescubriamos el río Belelle que desaparecía debajo de los mismos, algo de agua veíamos pero mucha más escuchábamos según avanzamos, aunque es verdad que el terreno se ponía cada vez más complicado y decidimos desandar la "escalada". Una pequeña aventura se puede convertir a ojos de los más pequeños en una grande. En cualquier caso, y en esto verdaderamente estábamos de acuerdo los dos, es que el paisaje y la experiencia fue muy pero que muy agradable, aunque yo al día siguiente tenía unas agujetas de narices. Este maravilloso lugar está siguiendo la orilla del Belelle desde el merendero de Formariz y en sentido contrario al del río, en la falda del monte O Castelo en el ayuntamiento de A Capela, una maravilla.
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