Esa es la sensación que me dió al entrar en los Hexágonos: qué caminabamos dentro de grandes esqueletos en los que no queda vestigio de carne. Eramos enanos dentro de una mole de huecos y abismos, el suelo por momentos se desmoronaba, la gran columna vertebral retorcida de las escaleras se abría al que un día fue techumbre del edificio, como si se tratara de una boca abierta gritando ayuda.
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Las ruínas siempre me llevan a pensar en las vidas que antes contuvieron. Y siempre me producen tristeza. Pienso en el esfuerzo que debieron suponer las obras y me apena que se acabe cayendo todo. Quizás nada me produce más pena que una casa de aldea en ruínas. El abandono del hogar por parte de una familia para mí es lo más duro. Supongo que creo que las causas del abandono nunca son buenas.
ResponderEliminarBesos.
Como siempre, imágenes que me hacen sentir.
Es curioso ver como las fotos de Los Hexágonos producen reacciones en todos los sentidos, me gusta que así sea, bicos, recuerdos a Parro a Beni y a Titu Jose, jajaja
ResponderEliminarSiempre quise entrar ahí!!!!
ResponderEliminarPues como sois varios los interesados, ponemos día y hora y os hago una visita guiada, jajaja!!!
ResponderEliminarEu véxoos ó entrar na autopista, chaman a atención. Creo que é unha metáfora do que foi a educación e a ruína na que a están deixando caer.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Artekille, además tú lo sabes muy bien que lo ves a diario. Gracias por tu comentario, bicos.
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