El agua en la que se bañan las flores y hojas realmente es muy importante, la mejor sin duda la de un río o un manantial, o una fuente natural. En mi caso, como no, utilizaré la de mi río querido, el Belelle. Las fotos que hoy cuelgo se corresponden a la zona de Maciñeira en Neda, un espacio fantástico para abandonarse y disfrutar del silencio sólo roto por el murmullo del río y la brisa en los árboles. Por cierto estoy muy contenta porque en esta zona hace unos días cuando hice las fotos, encontré Nomeolvides, no muchas pero sí las suficientes para observarlas. Bicos.
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